Pieb (15-10-12).- El crecimiento de la agricultura familiar y las estrategias estatales de seguridad alimentaria con un concepto de protección social, reflejadas en normas y políticas, coadyuvaron en disminuir un 30 por ciento (%) del número de personas en situación de subnutrición en Bolivia, en cinco años, según el análisis de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El representante de la FAO en Bolivia, el brasileño Crispín Moreira, en entrevista con el Periódico Digital PIEB señaló que la metodología para medir el estado de la inseguridad alimentaria en el mundo (SOFI por sus siglas en inglés), permitió establecer que mientras en el año 2007, marcaba 3 millones de personas en situación de subnutrición; es decir, con la dieta alimentaria inadecuada, con el actual padrón de medición internacional se estableció que esa cifra disminuyó a 2 millones.
Los datos fueron compartidos en vísperas del Día Mundial de la Alimentación que se recuerda cada 16 de octubre. De ese modo, detalló Moreira, que mientras el año 2007, el 28.9% de población boliviana estaba en situación de subnutrición, actualmente esta cifra se redujo al 24,1% de la población. “Felizmente la FAO está cambiando sus indicadores, hay un Comité de Seguridad Alimentaria de alto nivel que incluso modificó la metodología SOFI 2010-2012; por ejemplo, antes se sumaba el kilo caloría en commodities de la población que consumía, y si estaba bajo 2.500 calorías, la persona estaba subnutrida, lo que se traducía en hambriento”, explicó.
Hoy en día dijo Moreira, que para medir los indicadores de seguridad alimentaria y de subnutrición de la población existe toda una articulación de parámetros que tienen que ver con factores económicos, sociales, de infraestructura y culturales, que hacen incluso al uso del agua y costumbres.
“El debate que quedó más presente en Bolivia fue la desnutrición, la subnutrición que la gente la llama hambre pero no el término no era tan correcto porque lo que se medía era el acceso calórico”, explicó.
En Bolivia pasaron dos fenómenos apuntó Moreira; por un lado, un crecimiento de la agricultura dentro del Producto Interno Bruto (PIB) en un promedio de la media a nivel regional, caracterizado por una mayor oferta de la agricultura familiar campesina, y por el otro, el acompañamiento de estrategias de seguridad alimentaria desde los diferentes niveles del Estado con enfoque de protección social, como los desayunos escolares, compras locales, el programa Desnutrición Cero, hasta la transferencia de recursos a sectores de pequeños productores a través del Fondo Indígena.
Entre otras medidas adoptadas por la administración nacional, el representante de la FAO destacó la aprobación de la Ley 144 de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, que incorpora el Plan Nacional para la Tecnificación del Agro, así como la creación de empresas estatales que regulen el mercado interno de los principales productos.
“Las dos cosas han ayudado a sacar a un millón de personas de la situación de subalimentados. Bolivia está construyendo un modelo más social para sacar al país de la pobreza, y creemos que continúe en la misma tendencia podrá cumplir el Objetivo del Desarrollo del Milenio (ODM); de reducir hasta el 2015 a la mitad la extrema pobreza en este país”, señaló.
De acuerdo a los datos de la FAO, el 70% de la demanda de alimentos fue cubierto en América Latina por la agricultura familiar, pero paradójicamente a nivel mundial, de las 780 mil personas que sufren subnutrición crónica a nivel mundial, el 70% vive de la agricultura.
“La FAO está segura de que para sacar a la gente del hambre hay que fortalecer la agricultura y economía campesina, los mercados internos, la comercialización directa de alimentos para hacer desayunos escolares, el mercadeo, la mediana feria con base en productos sanos, agroecológicos, en una economía solidaria, y eliminar las formas de apropiación del trabajo del agricultor”, subrayó.
Por eso, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha dado relievo a las cooperativas y a toda forma de asociatividad agrícola de pequeños productores en el propósito de conformar alianzas fuertes para asegurar el derecho a la alimentación que tienen los pueblos.
Foto: IICD
Fuente: PIEB
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