A la falta de agua y problemas con las represas se suman las pocas alternativas que tienen los regantes para concretar nuevos proyectos para la construcción de represas por los conflictos sociales y la falta de financiamiento. Explicaron que al menos el 80 por ciento del agua disponible en fuentes superficiales está destinada al riego y sólo un 20 por ciento al consumo humano.
El impacto de la falta de agua para riego se ha comenzado a reflejar en las pérdidas que registran los agricultores.
Según el Plan Estratégico 2013-2017: “La región del trópico tiene altos niveles de lluvia; pero, en el departamento de Cochabamba existe escasez de agua para riego y hay un uso ineficiente de los sistemas de riego”.
Uno de los siete ejes estratégicos del plan establece que: “Es importante garantizar el uso integral, adecuado y eficiente del agua para fines productivos y de consumo, además de gestionar la conservación y manejo de las cuencas”.
También se menciona que “no se cuenta con suficientes fuentes de agua superficiales reguladas para atender la demanda de riego cada vez más creciente”.
Esta situación ocasiona que los productores tengan problemas para cultivar su producción y afronten pérdidas. Por ejemplo, los 5 mil regantes que dependían del agua de la represa de La Angostura para cultivar 4.800 hectáreas este año dejaron de producir 1.600 hectáreas. El producto más afectado es el maíz choclero. Los agricultores estiman que por cada hectárea que dejan de producir pierden 5 mil bolivianos sólo en la inversión de semillas y la preparación del terreno.
El secretario Departamental de Desarrollo Productivo de la Gobernación, Juan Ocaña, manifestó que “si no llueve, esto afecta al rendimiento del cultivo”. Recalcó: “Esperemos que no exista escasez de alimentos ni tampoco pérdidas en la producción agrícola”.
Según Juan Ocaña “entre los planes para riego que se tiene en el departamento está el Proyecto Múltiple Misicuni, que va mejorar la producción de cultivos en el valle bajo y en el sector de La Angostura”.
Agregó: “Una vez que funcione este proyecto se podrá dotar de agua hasta a los municipios de Vinto y Sipe Sipe”.
Agregó “estamos haciendo las gestiones para la canalización para transportar agua que permita el riego, esto tendrá un costo aproximado de 18 millones de dólares”.
Inversión
La Secretaría Departamental de Desarrollo Productivo informó que en esta gestión se tiene previsto invertir 44 millones de bolivianos en proyectos de riego, la mitad de los recursos se usarán para obras que mejoren los sistemas de riego y el resto en planes para potenciar la producción.
Según el plan de desarrollo regional, las áreas con vocación productiva se deben destinar prioritariamente a las actividades agrícolas.
De acuerdo con el diagnóstico del plan, las actividades agrícolas representaron el 11,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) departamental para el 2011. Durante los últimos 21 años (1990 – 2011), la participación de la agricultura en la economía disminuyó en cerca del 8 por ciento. Los regantes consideran importante reactivar la producción agrícola a través de proyectos estratégicos como la construcción de las represas de Yungas de Vandiola y Kewiña Qocha, en el valle alto.
Datos sobre agua
Según el Plan Departamental para Cochabamba 2013 - 2017, la región tiene la mayor cantidad de presas de agua del país con un total de 115 presas de agua registradas en el Inventario Nacional de Presas de Bolivia (2010).
Las represas se encuentran distribuidas en cuatro municipios de Cochabamba:
- Sacaba
- Tiraque
- Quillacollo
- Tiquipaya
- 110 estaban destinadas para el riego de cultivos
- 3 presas a la dotación de agua potable
- 1 a la generación de energía eléctrica
- 1 al uso industrial
Se estima que si las 115 represas de agua estarían funcionamiento se dispondrían de 323 millones de metros cúbicos de agua embalsados y se podría regar un área de 2.600 millones de kilómetros cuadrados.
La esperanza de contar con agua para riego para el valle está ahora depositada en el Proyecto Múltiple Misicuni, que contará con una represa de 120 metros de altura con una capacidad de embalse de 150 millones de metros cúbicos de agua. En una primera fase, que comenzará en 2014, la Empresa Misicuni prevé distribuir 3.000 litros de agua por segundo, al menos 1.000 se destinarán al riego. Sin embargo, en una segunda fase con la construcción del túnel de Vizcachas y Putucuni se prevé incrementa el caudal.
El cierre de la represa de La Angostura ha agravado la situación de los regantes, principalmente, de aquellos que se encuentran en Cercado, Quillacollo y Vinto, que dependen de este embalse para la producción de maíz.
A pesar de la importancia de la represa, el trabajo de limpieza del caudal será limitado debido a la falta de recursos.
Según el representante de la Secretaría de Desarrollo Productivo, Juan Ocaña, la Gobernación no cuenta con un presupuesto para realizar el dragado del embalse con el objetivo de que recupere su capacidad de almacenamiento.
De acuerdo con el diagnóstico que manejan los regantes, el caudal no se ha podido llenar los últimos años, porque las lluvias no han sido suficientes y por la acumulación de sedimentos y basura en el espejo de agua.
Fuente: Los Tiempos
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