PC (8-04-13).- ¿Cuánto ha crecido la participación de la mujer en los espacios de poder político y social en nuestro país?
A partir de la nueva Constitución hay un antes y un después en la participación de la mujer. Ya la mujer en el proceso constituyente es una actora gravitante en las organizaciones sociales como las ‘Bartolinas’, es decir, participa en todas las organizaciones emergentes del campo y la ciudad, en los colectivos urbanos, y casi todos éstos liderados por mujeres.
En este sentido, la construcción de la Constitución fue encabezada por una mujer campesina indígena originaria, que es Silvia Lazarte, que creo que es la primera señal de la ruta que va a tener ya este proceso de cambio. En 2009 teníamos un 50% de mujeres ocupando cargos en el Ejecutivo como ministras, viceministras, y en función de eso actualmente hay las dos presidentas de las cámaras de la Asamblea Legislativa.
¿Qué significa esto?
Significa mucho en términos no cuantitativos de cuánto espacio ocupa la mujer, sino cómo incidimos las mujeres en políticas de Estado, luchando por la paridad de género en los espacios de poder.
Hasta la ley del año 1997, la Ley de Partidos Políticos, el máximo alcance y logro fue tener 30% de cuotas. Hoy tenemos paridad.
Culturalmente e históricamente, las mujeres no nos hemos corporativizado ni sectorizado. Tenemos una visión multifacética, es decir, a las mujeres nos interesa la problemática del transportista, del periodista, del niño, la niña, del sector empresarial. Esta visión multifacética es la riqueza que tiene como resultado una provisión de leyes. Desde 2010 hemos aprobado cerca de 50 leyes.
¿Cuáles son las normas más importantes que se han aprobado a favor del género femenino desde la Asamblea Legislativa?
La Ley Integral Contra la Trata y Tráfico de Personas, leyes de salud, como la ratificación del convenio sobre el empleo para las trabajadoras del hogar, Ley Contra el Acoso y Violencia Política a las Mujeres, declaración del 17 de mayo como día de lucha contra la homofobia, resolución del instituto de salud sobre el derecho de la mujer a una seguridad social, la Ley del Órgano Electoral, que ya clarifica la paridad de género de la que hablábamos.
También está la Ley Marco de Autonomías, que transversaliza absolutamente a lo largo de toda la ley el cuoteo competencial y el tema de género, el fomento a la lactancia, el decreto del plan nacional para la igualdad de oportunidades.
Es decir, tenemos una política muy nítida y clara. La voluntad política que se expresa respecto de este trabajo por y para las mujeres y de las mujeres hacia las mujeres se plasma justamente en aspectos tangibles. Tenemos una legislación que genera una institucionalidad y esta institucionalidad aplica políticas de Estado a favor de las mujeres.
Ya tenemos las leyes, pero ¿cómo impulsar la aplicación de estas normas para que la violencia hacia la mujer desaparezca?
Todas las leyes que hacen a los derechos de las mujeres se están aplicando, lo que hay que ver es cómo fortalecer la institucionalidad responsable de aplicarlas. En esta ley, por ejemplo, en contra de la violencia integral hacia la mujer, lo que se ha visto claramente y se ha determinado es ver qué competencia tiene cada nivel del Gobierno.
Qué competencia tiene el Ministerio Público, la sociedad civil, y aquí es un tema fundamental. Esta ley tiene un capítulo, un artículo, respecto del control social, que tiene que hacerse efectivo. Al ver esta Cumbre de Mujeres (que se llevó a cabo en el hotel Europa el jueves) me siento complacida porque se ve que hay esa voluntad de la sociedad civil de estar controlando el avance de una ley y la implementación de ésta.
Lamentablemente, hay instituciones, entidades del Gobierno, que se despreocupan de la aplicación de las normas, por lo que se debilita la institucionalidad necesaria para aplicarla, y ahí la ley que hemos aprobado tiene las reglas claras respecto de la importancia de que la sociedad civil participe en la aplicación de las leyes.
Nos hemos acostumbrado al entusiasmo del momento. Salió una ley, la celebramos, la comentamos, la difundimos dos, tres meses, y después ¿dónde está la ley? ¿Dónde está la institución? ¿Dónde se está aplicando? Y ahí el control social juega un papel fundamental. Si el control social y la sociedad civil no se encargan de demandar a las autoridades la aplicación de las normas que la misma sociedad civil construye, lamentablemente estaremos hablando de un fracaso en el aspecto legislativo.
¿Qué importancia conlleva la organización de las mujeres para que hagan cumplir sus derechos?
Es muy importante. Por ejemplo, en el punto de las casas de acogidas van a tener que ser las organizaciones de mujeres en cada municipio las que demanden a sus instituciones del Estado que se incorpore en el POA (Plan Operativo Anual) justamente la construcción de estas casas.
La ley ha sido nítidamente clara en el campo económico para que no haya excusas y se laven las manos. Uno de los artículos que ha sido concertado explica que se faculta a todas las entidades de nivel nacional, departamental y municipal, este año, a reformular sus presupuestos, y el año que viene inscribir en su POA el presupuesto que tiene que ver con la implementación de esta ley.
¿Cómo consolidar la independencia económica de la mujer y qué avances existen en este campo?
Es un camino que ya se ha iniciado. Del 100% de títulos de tierras hay ya un 30% destinado para las mujeres, y será también parte de la lucha de las mujeres ir incrementando dentro de sus comunidades este derecho a tener propiedades privadas.
En el punto del fortalecimiento de la economía de la mujer, el Gobierno se ha encargado de crear por ejemplo el Banco de Desarrollo Productivo, con tasas mínimas y a veces sin tasas de interés, para que la mujer campesina produzca, también se ha impulsado la ley OECA para incentivar la producción artesanal, y es una serie de políticas que realmente ya están también garantizando el acceso de la mujer a la economía.
Lamentablemente, muchas veces, la violencia se da cuando la mujer no tiene adónde ir, y tiene que quedarse y aguantar, porque no tiene cómo criar a sus hijos, y éste es el drama que se da como un círculo vicioso.
¿Qué se tiene proyectado desde la Asamblea para mejorar las condiciones de vida de las mujeres en Bolivia?
Primero, seguir legislando donde se identifiquen vacíos necesarios de una normativa; segundo, hacer una fiscalización permanente respecto de la aplicación de la ley. Tenemos que ver hasta qué punto se está cumpliendo cada cuoteo competencial que se ha incorporado en la ley. En ese aspecto estamos comprometidos ambas presidentas de las cámaras legislativas.
Fuente: Cambio
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