PO (17-04-13).- Uno de los mayores problemas, entre tantos de nuestra ciudad, es el de la falta de forestación de nuestras avenidas, cada vez más desnudas. Es de conocimiento casi generalizado, que los árboles y las plantas en general contribuyen a la purificación del aire que respiramos; de ahí surgen estas observaciones que las hacemos en defensa del medio ambiente, envenenado por miles de automotores –debido a otro gran error del gobierno- que circulan sin límite de antigüedad ni las debidas revisiones anuales, siempre burladas y negociadas descaradamente.
Innúmeras ciudades en el mundo poseen una bella forestación que las hace más atractivas y que denotan la capacidad de sus autoridades. Aquí surge la gran necesidad de contar con funcionarios capacitados que, fundamentalmente, quieran a su ciudad; basta ya de improvisados y de ineptos que nunca han salido de este medio y desconocen lo que le falta a Cochabamba para ser legítimamente una ciudad jardín. Por éste y otros medios de comunicación locales, nos hemos informado de propósitos y proyectos de diferentes organismos, relacionados con esta premiosa necesidad, sin faltar campañas de “plantar arbolitos” en algunas áreas de nuestra ciudad. Pero ya es tiempo de enfrentar este desafío con seriedad y con eficacia. Invitamos a los funcionarios municipales hacer una visita a la Urbanización “El Bosque 1”, en la avenida Centenario (zona la Taquiña), para ver cómo se han forestado con arbolitos de una especie en cada calle o avenida, colocados simétricamente. Esta atractiva muestra orientará a las autoridades para aplicar en toda la ciudad. La primera medida sería una ordenanza municipal que disponga la obligatoriedad de todos los propietarios de casas y edificios en todas las avenidas y algunas calles, de plantar árboles en sus aceras, disponiendo al mismo tiempo la especie elegida y el número y distancia entre ellos. Cabe añadir además, que habría que educar a la población sobre la obligación voluntaria de contribuir generosamente al cuidado y riego de los árboles, sistemáticamente y en todo tiempo. Un plan educativo por televisión –de la manera cómo se invierte en costosa propaganda política- , induciría a nuestra población a colaborar en el cuidado de los árboles propios y cercanos, como una contribución al bien común. Hay grandes ciudades en las cuales los vecinos contribuyen celosamente al mantenimiento de sus parques próximos.
Convertida en un gigantesco mercado persa, nuestra ciudad pierde atractivo y dificulta la circulación de vehículos y de personas. Cuando se escucha ocasionalmente el deseo de convertir a nuestra ciudad en un atractivo turístico, tan sólo de ver su actual situación casi caótica, entra un profundo desaliento. Desproporcionada cantidad de calles sin asfalto, sobre todo aquellas en pendiente, que en época de lluvias invade las avenidas, ocasionando intransitabilidad. Aceras inexistentes o con peligrosidad, amén de tantas otras observaciones. ¿qué decir del servicio de taxis? Infinidad de líneas que descuidan la selección de sus vehículos, a veces casi destartalados, descontrol en el precio por falta de autoridad y falta de sitios de estacionamiento en zonas céntricas que faciliten su empleo por la población que tiene que correr el riesgo de tomar un vehículo equivocado y correr el peligro de un asalto. Invito a todos los pobladores de esta nuestra ciudad a imaginar todas nuestras avenidas flanqueadas de árboles, bajo cuya sombra puedan esperar sus vehículos para ir al trabajo. Sentir que el aire está purificado por los mismos y que su mirada fija en ese verdor le sustraiga de ver las vías maltratadas. Es el momento preciso para enrolarse en una campaña de reforestación de nuestra ciudad.
Fuente: Opinion
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