lunes, 18 de junio de 2012

El 50% de los atajados de Anzaldo está en desuso


Pieb (15-06-12).- Deficiencias técnicas en la construcción de los atajados en el municipio de Anzaldo del departamento de Cochabamba, junto a la falta de apropiación de la tecnología por parte de los beneficiarios, provocó que más del 50% de estas estructuras esté en desuso. Por el contrario, las familias que aprovecharon de este recurso, desarrollaron sus capacidades adaptativas frente al cambio climático.

El estudio denominado “Aportes y dificultades en la utilización de atajados frente al cambio climático en el municipio de Anzaldo” fue realizado por el equipo de investigadores de la realizado por la Fundación de Promoción e Investigación de Productos Andinos (PROINPA) a cargo de Rolando Oros (coordinador), Javier Iriarte, Félix Rodríguez y Jaime Herbas. Forma parte de la serie de publicaciones de “Cambio Climático”, promovido por el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) con apoyo de la Embajada Real de Dinamarca.

Del trabajo de campo se logró identificar que la gran mayoría de los atajados presenta deficiencias en la disponibilidad de agua para su aprovechamiento como efecto del incorrecto levantamiento de las infraestructuras, ya sea por las características del suelo, la carencia de un área mínima de la micro-cuenca de aporte o la inadecuada pendiente natural del terreno para su construcción, entre otros factores.

En el municipio de Anzaldo, se construyeron entre los años 2000 y 2008, aproximadamente 300 atajados por encargo de diferentes instituciones. Sin embargo, los diferentes reportes atribuyen que el 50% de estas estructuras se encuentra en desuso debido a problemas técnicos.

De la misma forma, se identificó que existieron vacíos en la coordinación entre los beneficiarios e instituciones encargadas de la implementación de los proyectos de atajados, lo que repercutió en algunos conflictos sociales referentes al aprovechamiento del recurso. La gente de Anzaldo no se apropió de la nueva tecnología, ni conocía sobre el mantenimiento y la inversión que requerían. Tampoco se involucró al tejido social organizado como ayllus o sindicatos en el proceso, lo cual fue en desmedro de las propias comunidades.

La información levantada a través de los estudios de caso, permitió identificar deficiencias técnicas tanto en la identificación como en el emplazamiento de los atajados, ya que estas infraestructuras, en algunos casos, no cuentan con un área de aporte suficiente para aprovechar una superficie máxima de alimentación que garantice el agua de lluvia.

Capacidades adaptativas

El estudio permitió establecer que las familias que cuentan con atajados en funcionamiento desarrollaron capacidades en el manejo y uso de estos sistemas, lo que incrementó su producción como también su nivel de vida.

Los impactos se vieron en el acceso y disponibilidad de riego lo que generó cambios en el sistema de producción de las familias campesinas de la zona, disminuyendo la migración temporal, garantizando mayor seguridad a sus cosechas, acrecentando e intensificando el área cultivada bajo riego, diversificando el calendario agrícola a través de la obtención de dos cosechas al año e introduciendo nuevos cultivos y variedades dirigidos principalmente al autoconsumo.

El desarrollo de capacidades adquiridas en las familias beneficiarias, referentes a la adopción de medidas de cosecha de agua (atajados), incrementó la gobernanza del agua y permitió atenuar los efectos de los periodos de sequía a través de la adopción de estrategias de producción como ser la disposición del agua de atajado bajo riego. La resiliencia al cambio climático fue evidente.

Fuente: PIEB

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