jueves, 31 de enero de 2013

Un Congreso Cultural histórico en Bolivia

Rene Antezana Juarez (31-01-13).- Cuando el Premio Nobel de Economía hindú Amyarta Zen afirmó que la cultura es la base y el fin del desarrollo, gran parte de los líderes políticos del mundo, así como quienes manejan la economía mundial y definen el rumbo del planeta, se sorprendieron ante tal afirmación. Es muy posible que se preguntaran: “¿No es acaso la economía la base y fin del desarrollo?” y “¿Cómo viene un economista a decirnos que la cultura cumple este rol?”. Pues no. Zen ponía en tela de juicio no sólo el rol de la economía en el desarrollo, sino de todo el sistema político y sociocultural que lo sustenta.

Asimismo, paralelamente, la Unesco había impulsado varias Conferencias Mundiales relacionadas con la problemática de la cultura, culturas y de las artes; así como desarrollado diversas acciones a nivel planetario mediante comisiones especializadas, compuestas por personalidades mundiales de la ciencia, la cultura y la educación (entre ellos Amyarta Zen). Ya en los 80 y luego en los 90, estos eventos comenzaron a generar un debate intenso en torno a los saberes y a las visiones del mundo que las culturas tienen y mantienen ante al avasallamiento y homogeneización que sufren por la continuidad de procesos de colonización expresados en la imposición de los patrones culturales dominantes, que promueve la sociedad capitalista y de consumo. De ahí nace un documento central que lleva el título de “Nuestra Diversidad Creativa” (1994), que define la diversidad como la base del desarrollo de los pueblos y las culturas, y desde la cual debe promoverse la interculturalidad (y no la imposición) y, por tanto, el rescate, protección y promoción del patrimonio cultural intangible y vivo, que viene a ser en realidad lo que hoy en día denominamos como Cultura Viva Comunitaria, como concepto más desarrollado y acorde a los procesos políticos y sociales de los últimos tiempos. Esto porque las culturas y las diversas formas de expresión artística del planeta y en cada país y región, han mantenido formas de resistencia (no pocas veces violentas) y también de diálogo con las corrientes contemporáneas, sobre todo a partir del veloz crecimiento de las urbes en todo el planeta, con todas sus contradicciones.

Los Estados miembros de la Unesco (Bolivia entre ellos) han firmado los documentos que establecen el compromiso de destinar como mínimo el 1 por ciento de su presupuesto general al desarrollo cultural. En este contexto, los movimientos culturales del Brasil, Colombia, Perú, Argentina, Uruguay, Centroamérica, México y otros, han iniciado un largo proceso de fortalecimiento y articulación mediante redes, que permitan, entre otros ejes, lograr que se cumpla el compromiso del 1 por ciento.

En ese mismo proceso, se plantea como consigna la necesidad de que de ese 1 por ciento, que es para todos los procesos culturales de un país, se destine el 0,1 por ciento exclusivamente para Cultura Viva Comunitaria. En Bolivia significa 200 millones de dólares (1 por ciento) y 20 millones (0,1 por ciento), respectivamente. No es algo extraordinario: Uruguay destina el 2 por ciento y por eso les va como les va: un país pujante donde el desarrollo cultural es parte del orgullo identitario y de la calidad de vida integral de sus habitantes.

Esta campaña continental se expresará en Bolivia mediante el I Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria y otros eventos previos, a realizarse en La Paz, con alrededor de 600 participantes de toda América, amigos de Europa, Asia y África, liderado por miembros de Telartes como Compa y Redes del continente. La Red Cultural de Bolivia Telartes considera que este será uno de los eventos mayores de la historia del movimiento cultural boliviano y continental y por ello es parte militante y activa del mismo.

Invitamos a todos los amigos y amigas, artistas, gestores, espacios, comunidades, colectivos, amantes de las artes y la cultura, a sumarse a este movimiento que, como podemos observar, tiene muchas décadas —sino siglos— de desarrollo y maduración. El objetivo es transformar la sociedad desde las culturas y las artes. Sólo unidos y con recursos que son de los bolivianos y para los bolivianos, será posible. Y esta vez, como parte de un movimiento continental y planetario donde Bolivia es protagonista muy importante.

Fuente: Los Tiempos

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