miércoles, 22 de mayo de 2013

Tecnología de cocinas solares beneficia a más de 6.000 familias pobres en una década

Pieb (21-05-13).- En diez años de implementación en el país, más de 6.000 familias de escasos recursos del área rural y periurbana de cinco departamentos de Bolivia, se beneficiaron con las cocinas solares construidas por la Asociación Inti Illimani. La tecnología validada a nivel internacional por sus múltiples beneficios socioambientales y económicos, pretende expandirse en la zona urbana.

La coordinadora general de Inti Illimani, Magda Catorceno señala que con el apoyo técnico y financiero de la Asociación Bolivia Inti Sud Soleit, fundada por franceses y alemanes, se empezó a construir en el país, las cocinas solares el año 2000, y a partir de 2003 un equipo boliviano continuó el emprendimiento, de tal forma que anualmente se construyó 500 cocinas solares de manera artesanal, cada vez más perfeccionadas de acuerdo a la experiencia de uso.

“El año 2011, el Gol Estándar validó la eficacia de las cocinas solares, nos certificó después de un estudio minucioso que una cocina solar evita la emisión de 0.67 toneladas métricas de dióxido de carbono al año. Con el apoyo de nuestra financiadora (Bolivia Inti Sud Soleit), hemos logrado la validación después de varias pruebas, mediciones en diferentes departamentos y épocas del año (secas y de lluvia). La Asociación tiene el orgullo de decir que es la dueña del segundo proyecto de cocinas solares en el mundo que tiene la validación”, explica al Periódico Digital PIEB.

Hasta finales de 2012, dijo que se beneficiaron 6.160 familias de los departamentos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro y Potosí, tanto del área rural como de la zona periurbana, pero que por los costos que implica trasladar las cocinas hasta las comunidades campesinas, la Asociación Inti Illimani espera aliarse con instituciones que trabajen en el campo para hacerlas co-partícipes del proyecto.

”Hay varias formas de aliarnos, si tienen un trabajo en una comunidad rural alejada donde los pobladores tienen perfil de pobreza, y no podemos llegar por la distancia, pero la institución que trabaja ahí puede proveernos del transporte y contribuir en una parte del pago, podemos hacerlo posible. El participante cubre el 30 por ciento (%) del costo, la financiadora otro 30% y necesitamos cubrir más del 30% (como socias)”, señala.

La Asociación provee de un instructor que enseña a las mujeres y hombres a construir las cocinas, mientras que las educadoras imparten talleres prácticos que duran hasta tres días, para el manejo adecuado de la tecnología y la aplicación de un variado menú.

“El año pasado hicimos una excepción con la Fundación Centro de Cultura Popular (CCP) que trabaja con 1.500 mujeres de zonas periurbanas de La Paz y El Alto, en una relación muy hermosa se logró hacer cinco cursos talleres con esfuerzos increíbles, donde estas mujeres luchadoras hicieron maravillas, y nos demostraron lo útil que es la cocina en estas zonas con escasos recursos económicos", dice.

Catorceno explica que las cocinas solares cumplen cuatro funciones: la primera, de cocina tradicional útil para elaborar sopas, guisos, mermeladas, comida seca y refrescos; la segunda, de horno porque se puede elaborar pasteles, galletas, pollo al espiedo, otros; la tercera, de deshidratante de frutas y verduras; y la cuarta, de caja térmica que se emplea cuando no hay sol y permite terminar la cocción de alimentos tras ser expuesto un par de minutos en el fuego.

Impactos económicos y sociales

Los impactos socioeconómicos de las cocinas solares son múltiples. Según cálculos estimativos de la Asociación Inti Illimani, una familia de cuatro personas que usaba una garrafa de Gas Licuado de Petróleo (GLP) al mes, con el uso de la cocina solar, debe comprar la misma garrafa cada tres meses.

También señala que se ahorra aceite ya que este tipo de tecnología no requiere de este elemento, ni siquiera para retostar el arroz o el fideo. “Con ello inducimos a un cambio de actitud en los hábitos alimenticios más sanos”, dice.

Otra de las ventajas es que la cocina es empleada hasta las 24 horas sin costo adicional, incluso por las noches, sin la preocupación de que la comida rebalse de la olla o se queme.

Ante los óptimos resultados de ésta tecnología de energía alternativa, la coordinadora señala que la Asociación de Prevención de Quemaduras, recomendó adoptar de manera preventiva la cocina solar en los hogares, para lo cual se ha establecido una alianza para difundir los beneficios de la cocina y evitar las quemaduras de las que son víctimas sobre todo los niños.

La voz de las beneficiarias

Justicia Coca Copa, oriunda de la provincia Aroma del altiplano paceño, radica en el Distrito 2 de la ciudad de El Alto, y hoy en una ama de casa experta en el uso de la cocina solar. “Yo me enteré de las cocinas por las madrecitas de Huajchilla que nos comunicaron que va ver cocina solar, quería conocer noche y día hasta que llegaron, con mis manos he trabajado mi cocina, ahora quiero que mis vecinos también tengan su cocina”.

Coca señala que gracias a una solicitud enviada por la Junta Vecinal, se logró obtener las cocinas y la capacitación. “Desde el 2010 estoy usando la cocina solar, en mi casa somos ocho personas, y es un beneficio muy grande porque preparo la quinua en una hora; se hace hervir 5 minutos en la cocina a gas y luego se mete a la cocina solar y ahí cose como mantequilla, porque en la cocina a gas hay que estar moviendo a cada rato, mucho tiempo se pierde, con esta cocina hacemos lechoncito, pollo entero”, dice.

La beneficiada señala que varias de sus vecinas optaron por la caja térmica que sirve para la cocción de alimentos como el apí, habas tostadas, arroz con leche, maní tostado y otros productos que no solo sirven para el consumo familiar sino sobre todo para la venta.

Por su lado, Lucia Flores Intipampa, señala que la cocina solar fue despreciada hace cuatro años por el grupo de mujeres. “En un comienzo nadie quería tener la cocina, no creíamos que servía, pero como la hemos construido con nuestras propias manos y la probamos, sabemos lo buena que es, ahora la cuido más que a mi marido. Pediría que tengan todas las señoras de la ciudad la usen porque es muy útil, le agradezco a la CCP y a Inti Illimani porque lo que cuesta 1.200 bolivianos a nosotras solo nos costó 200 bolivianos”, afirma.

La Asociación Inti Illimani organizó el seminario “10 años de talleres de construcción de cocinas solares en comunidades rurales de Bolivia”, con el apoyo del programa Tierra de la Pastoral Social Cáritas Bolivia, con el propósito de socializar su experiencia.

Las cocinas solares son artefactos que permiten cocinar alimentos usando el sol como fuente de energía. Existen dos tipos de cocinas; las de concentración, que se basan en la concentración de la radicación solar que pasa a través de un reflector parabólico, y alcanza altas temperaturas, y la de caja, que térmicamente aislada y sirva para capturar energía solar y mantener caliente su interior.

Fuente: PIEB

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